viernes, 9 de abril de 2010






Las dos mujeres seguían comparándose las manos. Un día descubrí que una era muda como yo. La otra era locuaz, diligente y solícita como yo. No tenía siquiera fuerzas para escribir de forma tradicional el guión. Las escenas iban naciendo dentro de mí con un esfuerzo absurdo. Me era casi imposible formular palabras y frases. La comunicación entre la maquinaria de la imaginación y el engranaje de la materialización estaba interrumpida o gravemente dañada. Sabía lo que quería decir pero no podía decirlo.



Ingmar Bergman
(escribe sobre su película Persona, 1966)
Linterna mágica. Memorias.

1 comentario:

  1. wow! thanks for sharing :O
    great blog too!
    loving your posts
    stop by some time xx

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